Por Ricardo Correa Manche, Gerente Comercial de Cibergestión Perú.
En los procesos de originación de crédito, existe una realidad ampliamente conocida: los atrasos no surgen de manera inesperada. Generalmente están precedidos por señales claras —patrones recurrentes, documentación incompleta o perfiles que requieren una gestión más cuidadosa— que en ocasiones pueden pasar desapercibidos ante la alta demanda operativa.
Por ello, las herramientas analíticas basadas en el comportamiento histórico de la operación se han convertido en un apoyo estratégico. No son soluciones abstractas, sino mecanismos concretos que permiten entender mejor la evolución de cada expediente y anticipar escenarios antes de que se materialicen.
Entre sus aportes más relevantes se encuentran:
- Identificar, desde las primeras etapas, qué expedientes tienen mayor probabilidad de presentar retrasos.
- Detectar puntos donde se generan reprocesos de manera recurrente.
- Sugerir qué casos pueden avanzar con mayor agilidad y cuáles requieren una revisión más detallada.
- Emitir alertas tempranas para evitar que un atraso derive en una cadena de demoras.
Esta capacidad analítica no reemplaza la experiencia del equipo; la potencia. Ofrece contexto, reduce carga operativa y facilita que las decisiones clave —las que requieren criterio y conocimiento especializado— se tomen con mayor oportunidad y precisión.
En plataformas como PRESTO®, esta lógica ya está incorporada en el flujo operativo: reglas que aprenden del comportamiento real, tableros que hacen visibles los riesgos antes ocultos y modelos que permiten priorizar sin depender de la intuición.
Anticipar riesgos no solo ayuda a evitar problemas; también revela oportunidades. Permite avanzar más rápido con los clientes que sí pueden seguir su proceso, optimizar tiempos y proporcionar al área comercial información más precisa para acompañar a cada solicitante.
