Por Javier Briseño – director de infraestructura en Cibergestión México
En mi experiencia como profesional en el campo de la tecnología y la transformación digital, he comprobado cómo las grandes y pequeñas empresas se han embarcado en una carrera frenética hacia la digitalización a través de la promesa de una mayor eficiencia, la optimización de procesos y la reducción de costos son sin duda atractivas. Sin embargo, hay un aspecto clave que a menudo se pasa por alto en este proceso: la sostenibilidad.
El impacto ambiental de la digitalización
Cuando hablamos de transformación digital, muchos piensan automáticamente en la adopción de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, el big data, el internet de las cosas (IoT) y la automatización. Y aunque todas estas herramientas tienen el potencial de revolucionar los negocios, también tienen un impacto significativo en el medio ambiente si no se gestionan adecuadamente.
Los centros de datos, por ejemplo, son fundamentales para el funcionamiento de cualquier infraestructura digital. Sin embargo, la energía que requieren para operar es enorme, y en muchos casos, esta energía proviene de fuentes no renovables. Esto genera una huella de carbono que no podemos ignorar y es preocupante que a medida que aumenta la demanda de servicios digitales, también aumenta el impacto ambiental de estos servicios.
Es aquí donde entra en juego la sostenibilidad. La digitalización debe ir de la mano con prácticas que minimicen este impacto. No podemos darnos el lujo de enfocarnos solo en los beneficios económicos sin considerar el precio que está pagando el planeta. Los negocios que no integren la sostenibilidad en su proceso de transformación digital están destinados a quedarse atrás, tanto por razones éticas como por presión regulatoria y social.
Sostenibilidad como ventaja competitiva
En los últimos años he visto cómo aquellas empresas que priorizan la sostenibilidad logran obtener una ventaja competitiva a largo plazo. ¿Por qué? Porque los consumidores y los inversores están cada vez más preocupados por el impacto ambiental de las empresas con las que se relacionan. Las marcas que demuestran un compromiso real con la sostenibilidad no solo mejoran su reputación, sino que también atraen a un público más consciente y exigente.
Además, la sostenibilidad no se trata solo de «hacer lo correcto». En términos de eficiencia operativa, reducir el consumo de energía, utilizar tecnologías más limpias y adoptar prácticas de economía circular pueden reducir los costos. La sostenibilidad y la rentabilidad no son mutuamente excluyentes; de hecho, se complementan.
El rol de la tecnología en la sostenibilidad
Otro aspecto clave es el rol que puede desempeñar la tecnología para fomentar la sostenibilidad. Tecnologías como la inteligencia artificial pueden optimizar el uso de recursos, predecir patrones de consumo y ayudar a las empresas a gestionar mejor su energía. Del mismo modo, el IoT puede ser utilizado para monitorear el uso de energía en tiempo real, permitiendo ajustes inmediatos para reducir el desperdicio.
Las plataformas en la nube, cuando se utilizan adecuadamente, también pueden contribuir a la sostenibilidad. Migrar a la nube puede reducir la necesidad de mantener grandes infraestructuras físicas, lo que reduce el consumo energético y las emisiones de carbono. Sin embargo, esto depende en gran medida de qué proveedores de nube elijan las empresas y de si estos proveedores utilizan energía renovable para alimentar sus centros de datos.
Un futuro digital y sostenible
En conclusión, la transformación digital y la sostenibilidad no solo deben coexistir, sino que deben integrarse estratégicamente. Los profesionales de TI tenemos la responsabilidad de guiar a las empresas hacia un modelo en el que la innovación y el respeto por el medio ambiente vayan de la mano. Las decisiones que tomemos hoy en cuanto a tecnología tendrán un impacto duradero en el futuro, no solo de las empresas, sino del planeta.
Creo firmemente que las empresas que adopten la sostenibilidad como un pilar fundamental en su proceso de digitalización serán las que lideren el camino hacia un futuro más próspero y consciente. No es solo una cuestión de supervivencia económica; es una cuestión de responsabilidad global para construir un futuro viable para las próximas generaciones.