Actualmente el sector hipotecario en América Latina se encuentra ante una encrucijada de retos y oportunidades. Gustavo Méndez, FSI en Deloitte S-LatAm, ha indicado en el reciente Summit Cibergestión 2024 que es preciso replantear nuestra aproximación hacia el crecimiento y la inclusión financiera en la región.
Con casi la mitad de la población sin acceso a servicios financieros como cuentas de depósito, créditos y seguros, la brecha de inclusión financiera en América Latina es un obstáculo significativo para el desarrollo económico. Sin embargo, esta carencia también presenta una oportunidad única para las instituciones financieras que buscan capitalizar, por ejemplo, la creciente demanda de vivienda y créditos hipotecarios.
La digitalización ofrece soluciones concretas para superar estos desafíos, simplificando el proceso de adquisición de hipotecas, haciendo el onboarding más accesible y reduciendo costos operativos. Las instituciones financieras que adoptan estrategias digitales están mejor posicionadas para cubrir las pérdidas de crédito y mejorar la eficiencia de sus procesos, a la vez que ofrecen precios más competitivos y un servicio de calidad superior.
Con una edad media de 29 años en países como México y Perú, la población joven de América Latina es un factor demográfico clave que impulsa la demanda de vivienda. Esta tendencia promete un «viento a favor» para el mercado hipotecario, presentando la necesidad de estrategias que atiendan a una demanda anual creciente de viviendas.
Es fundamental entender que el acceso a una hipoteca segura y asequible es más que una transacción financiera; es un paso hacia la autodeterminación y el bienestar a largo plazo. En este sentido, el sector hipotecario no solo tiene el potencial de impulsar la economía a través de la construcción y compra de viviendas, sino también de jugar un papel crucial en la mejora de la calidad de vida de los individuos y sus familias.
A pesar de las ventajas que ofrece la digitalización, el sector se enfrenta a desafíos económicos, como las altas tasas de interés reales que pueden reducir la rentabilidad de las hipotecas. Es esencial, entonces, que las instituciones financieras consideren cómo equilibrar estos costos para mantener la competitividad y la atractividad de los productos hipotecarios.
Al mirar hacia el futuro, es importante que las instituciones financieras adopten una visión más holística que trascienda los productos individuales y se enfoque en el cliente. La hipoteca no debe ser vista solo como un producto aislado, sino como un componente integral de una relación financiera a largo plazo con el cliente. A medida que avanzamos hacia un 2024 más digitalizado, es nuestro deber como líderes en el sector financiero adoptar y promover estas innovaciones, no solo para impulsar el crecimiento económico, sino para construir un futuro más inclusivo y próspero para América Latina.
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